viernes, 26 de septiembre de 2014

El ciervo

                                                                                   Gracias a Alberto, nuevo amigo y compañero desde la última expo, que tan solo por eso ya mereció la pena, nos hicimos con este olivo.
  Una llamada de teléfono y allí que nos presentamos a por él, claro está que primero nos tomamos el café de rigor en polonia. Unos pocos kilómetros, y un mínimo esfuerzo ya que estaba prácticamente suelto, creo que le esperaba la barbacoa como mucho.
  A la furgo, y al local a prepararlo. Akadama, pómice y volcánica todo de segunda mano, que sin duda será mejor que el yesar en el que se encontraba plantado.
     Un buen rato de palillos y a esperar. Lo del nombre fué cosa de Rafa, que sin duda alguna a todos nos recordó a las pinturas rupestres en las que se representan los ciervos como los de Altamira. El detalle de madera muerta natural que tiene lo mostraremos en la temporada próxima.
                                                               

                                          
                                

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