En principio para cualquier novel, tenemos un bonito manzano entre las manos, pero sin duda alguna, no deja de ser un árbol que con trabajo pudiera ser un verdadero bonsai.
Tiene no una conicidad inversa, más bien parece una pirámide boca abajo. Algo que siempre hay que tratar de evitar. El tronco del grosor de un bote de refresco da paso a la ramificación a tan solo unos seis centímetros de la base, lo que no da ninguna imagen de realidad natural.
La ramificación que sale del mismo tronco no es natural, son demasiado gruesas.
Con las cosas claras, hemos decidido defoliar y pinzar, por una parte porque toca, y de otra para ver las cosas más reales de lo que es la estructura del árbol.
Una vez en pelotas, como se dice por la zona, empezaremos a decidir por donde cortar con el problema, ya que los de ambiente rural como yo, somos de medidas drásticas.
Nada mejor que una camiseta sudada del compañero para tratar de ver posibles opciones de corte.
Falta la inclinación en la foto, pero creo que os podeis hacer una idea.
Contamos con vuestra opinión y consejo, ven más mil ojos que cuatro.
Saludos y besos.
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